La violencia machista en la política: un fenómeno persistente en Argentina

El reciente procesamiento del ex gobernador de la provincia de Tucumán, José Jorge Alperovich acusado de abuso sexual, puso nuevamente en el debate público a una de las principales barreras que las mujeres, lesbianas, trans y travestis, enfrentan en el ejercicio de sus derechos políticos, tanto de participar, como de ejercer el poder y la representación. Nos referimos a la violencia machista en la política.

Según la encuesta nacional realizada por el Observatorio “Julieta Lanteri”, iniciativa de Fundación para la promoción de la Economía social y Cooperativa (Fundeco) y la Fundación Friedrich Ebert (FES), la violencia machista en la política es un fenómeno, lamentablemente, persistente y transversal a todos los espacios de participación política.

La encuesta, realizada en 2021 y con un alcance de 970 casos de todo el país, arrojó los siguientes resultados:

  • el 70 % han recibido comentarios sobre su desempeño o capacidad para realizar tareas políticas, así como comentarios, bromas o críticas sobre su aspecto o su forma de vestir al menos alguna vez.
  • 2 de cada 3 fueron insultadas o ridiculizadas después de algún posteo u opinión política al menos alguna vez
  • 6 de cada 10 experimentaron maltrato verbal (insultos, gritos, descalificaciones) en el marco de su participación política
  • casi el 40% experimentó contacto físico no deseado con colegas
  • 1 de cada 4 fue chantajeada sexualmente, para acceder a un cargo, ascenso o recurso económico
  • 1 de cada 4, sintió miedo de ser abusadx sexualmente al menos alguna vez (y el 6% fue abusadx).

Como muestran los datos de nuestra investigación, las diferentes manifestaciones de violencia machista son una cristalización de la cultura patriarcal en el ámbito de la política. La movilización y el activismo de los movimientos feministas, de mujeres y de la diversidad han puesto esta problemática en la agenda pública, generando grandes avances hacia la igualdad sustantiva entre los géneros. Las redes sororas, transversales e interpartidarias, son una de las principales herramientas de construcción y de avance de la agenda feminista en nuestra sociedad.

Es fundamental profundizar este camino, y continuar avanzando en la sensibilización y formación del activismo para prevenir, sancionar y erradicar la violencia machista en la política. Es imperioso despatriarcalizar la política y construir una forma de hacer política feminista, interseccional, libre de violencia y con igualdad.